Las mujeres prefieren los ternos

La discusión surge porque las escolares son un fetiche masculino clásico. Ya sea porque hay algo de morboso en el asunto de la relación profesor-alumna o adulto-adolescente, o porque algunas escolares se ven bien en uniforme (ricas, comestibles, potables), vaya uno a saber. El cuento es que el fetiche existe.

Después de la novena cerveza empecé a preguntar a las mujeres presentes si para ellas existía el fetiche de los escolares, es decir, que si las mujeres consideraban a los escolares varones como objetos sexuales. De manera categórica dijeron que no. Si a un hombre adulto la presencia de una escolar puede resultar perturbadora y excitante, un escolar no suele calentar a una mujer adulta en lo más mínimo. Excepciones puede haber, pero son eso, excepciones. Lo siento por los escolares, pero es la verdad.

Sin embargo, la contrapartida es el tipo que se viste de terno. La mayoría de las encuestadas (de un universo de cuatro o cinco), señalaron que un tipo vestido con un buen terno que se ajuste a sus medidas, bien peinado y corbata genera a las mujeres algo de morbo y excitación. ¿Por qué? supongo que es porque es el epítome del macho proveedor. Pero esa es especulación mía.

El resumen es que tipos como yo, que no planchamos nuestra ropa, y que vivimos en la casi más absoluta decadencia y con un desinterés que raya en el desprecio por la moda, estamos perdiendo valiosas oportunidades de conquistar incautas. Peor para los que trabajamos en la casa y que rara vez tenemos que ponernos camisa o corbata. Por tanto, perdedores, los invito a comprarse un buen traje (no lo encontrarán en una tienda como Johnson’s, La Polar o Corona), calzar zapatos bien lustrados y salir a arrasar entre las peucas que caerán rendidas de inmediato ante su ganadora presencia.