Santiago en 100 palabras

Participé en el concurso Santiago en cien palabras solo una vez. Como era de esperar, no gané nada, ni siquiera un chicle. Estuve pensando en la cantidad de microrrelatos que llegan y la imposibilidad de tener la suerte de que lo que escribiera terminara en un bonito afiche ilustrado en alguna estación. El sitio web oficial del concurso contiene datos demoledores al respecto:

¿Cuántos cuentos han participado cada año?

  • Versión 2001: 2.691
  • Versión 2002: 9.710
  • Versión 2003: 12.239
  • Versión 2004: 17.607
  • Versión 2005: 22.063
  • Versión 2006: 44.789
  • Versión 2007: 50.572
  • Versión 2008: 37.162
  • Versión 2009: 44.081
  • Versión 2010: 44.784

¿Quiénes son los encargados de leer los cuentos participantes?

La lectura de los cuentos contempla una etapa de preselección y una etapa de selección de los finalistas.

Preselección: una vez cerrada la convocatoria, se reparte el total de cuentos recibidos entre un jurado de preselección, conformado 10 a 20 destacados profesionales del ámbito de la literatura nacional, quienes tienen la misión de seleccionar un porcentaje acotado de relatos para que luego sean evaluados por el jurado oficial.

Selección final: el jurado oficial recibe los cuentos preseleccionados para su revisión y posterior deliberación conjunta. Una vez leídos estos relatos por la totalidad de los integrantes del jurado, se realizan reuniones presenciales para elegir a los ganadores y finalistas.

Con esta interesante información me parece que la mera idea de “enviar un relato a ver que pasa” tiene una respuesta segura: no pasará nada. Es más probable acertar en las carreras de caballos o jugando Texas Holdem en los sitios de poker en linea que pasar la primera ronda de selección, no hablemos ya de ganar el concurso. ¿Tiene algún sentido participar? Bueno, si todos pensaran como yo no participaría casi nadie, así que los pocos que sí lo hicieran tendrían muchas probabilidades de ganar. Pero creo que la tendencia es que para este 2012 lleguen al menos 50.000 cuentos. Si estimamos un promedio de 90 palabras por cuento, la extensión del texto total de todos los cuentos sumados es equivalente a 21 novelas de Stephen King (de las cortas, de 400 páginas). Muchas palabras para que alguien se fije en las tuyas, me parece.

Actualización: Me llegó un blog de relatos en 100 palabras, ni una de más o de menos. Caserita, aproveche y compre.

En fin, todo esto no es más que un preludio a los tres microrrelatos que alguna vez envié y que encontré hace un rato, ordenando documentos para un respaldo. Si usted, al igual que yo, mandó su cuento y no ganó ni apareció en los libros recopilatorios, déjelo en los comentarios. Los fracasados también tenemos derecho a ser leídos.

Completo

Caminando por el centro, en la esquina de Estado con Huérfanos, escuché el vozarrón de un mendigo, que vestido con harapos y sin zapatos, pedía a la gente algo de comer. “¡Tengo hambre!”, gritaba.

Me acerqué, compadecido por su sufrimiento y le ofrecí el completo de luca que había comprado en la Plaza de Armas. El mendigo lo rechazó. “¿Acaso no sabes con qué preparan las vienesas? Es asqueroso” – dijo. Me miró con infinita compasión y se alejó mientras seguía pidiendo comida.

Robin Hood

El problema de la distribución de la riqueza en Chile es uno de las mayores trabas al desarrollo integral de la sociedad. Escuché eso en las noticias. Ahora me siento como Robin Hood, que robaba a los ricos y daba a los pobres. Como soy pobre, lo que robo es para mi familia y para mí. ¿Es de oro esa cadena?

Concurso

Vi el anuncio en una de las paletas publicitarias del Metro. Santiago en Cien Palabras. Podría participar. Quizás gane algo, al menos una mención honrosa, quizás incluso el premio del público. Siempre he querido ser escritor, pero me da miedo que otros lean lo que escribo. Me da vergüenza que crean que son tonteras. Además que entre tanta gente participando, probablemente no gane nada. Sigo caminando, pensando que algún día alguien leerá mis palabras y las disfrutará. Algún día ganaré un premio. Algún día…